ARTÍCULO ADAPTADO DE http://www.yorokobu.es/ramon-y-cajal/
La aparición de Santiago Ramón y Cajal en el curso de la historia de la neurociencia supuso «un cambio radical». Ramón y Cajal lo hizo sin poder valerse de los medios que cuentan los científicos modernos. A cambio contaba con un gran interés y talento para el dibujo.
En aquella época, la obtención de una buena imagen microscópica, especialmente de gran aumento, era una tarea difícil.
En su día, su padre, temiendo que su hijo se dejase llevar por su interés y dotes innatas para el dibujo, le obligó a seguir sus pasos y estudiar Medicina. Él accedió al deseo de su progenitor aunque sin prescindir de sus inquietudes artísticas a las cuales recurrió a lo largo de su carrera científica al considerarlas una eficaz herramienta para sus estudios. En un discurso, de 1877, impartido en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ramón y Cajal animaba a sus colegas a dibujar sus hallazgos mediante imágenes:
(…) La neurología brinda al investigador espectáculos cautivadores y emociones artísticas incomparables. ¡Como el entomólogo a caza de mariposas de vistosos matices, mi atención perseguía, células de formas delicadas y elegantes […]. ¿Hay en nuestros parques algún árbol más elegante y frondoso que el corpúsculo de Purkinje del cerebelo o la célula psíquica, es decir, la famosa pirámide cerebral?